¿Has oído hablar alguna vez de los “lectores anónimos”? Lo que seguro que sí has escuchado (e incluso tú has pensado alguna vez) es que los chicos de hoy en día no leen y se pasan el día enganchados a los videojuegos o al móvil… Quizá después de leer esta historia que se ha convertido en una leyenda urbana, cambie tu percepción… ¿Estás preparado?

Cuenta la leyenda que de un tiempo a esta parte algunos jóvenes han sufrido una transformación, pero ese cambio no es perceptible a simple vista. Dicen que tienen algo especial, que no es fácil de explicar, pero que cuando te cruzas con uno de ellos, experimentas una sensación extraña y te sientes inevitablemente atraído por una voz en tu cabeza. Ellos no te hablan directamente, de hecho no sabrás identificar quiénes son, pero hay personas que aseguran haber oído voces que les susurraban algo como: “Lee mucho y vuela lejos” o “Un libro es un medio de transporte en el que el único límite son tus ganas de emprender una aventura llena de emociones”. Las personas que cuentan esta experiencia dicen que ese instante en el que esa voz te atrapa resuena constantemente en tu cabeza y, de repente, sientes la necesidad de leer, de vivir esas aventuras, de soñar y volar lejos.

Y es que es cierto que las personas apasionadas contagian sus pasiones. Estos lectores anónimos no son héroes ni personas con poderes especiales; simplemente tienen una cosa en común: son lectores, no necesariamente grandes lectores, sino niños y jóvenes que han sucumbido a algo esencial: disfrutar a través de la lectura. 

Algunos son ya ávidos lectores, devoradores de aventuras, capaces de simultanearlas e incapaces de evitar querer llevarse a casa algún otro ejemplar nuevo aunque no hayan terminado sus lecturas actuales. Otros encuentran la manera de expresar sus sentimientos a través de la poesía, buscan su alma entre Las almas de Brandon, sus pasiones y preocupaciones entre las Rimas de Bécquer, versos inspiradores entre los poemas de Machado… Los hay que descubren su talento al ponerse en la piel de los protagonistas de una obra teatral y dramatizar personajes trágicos, como Romeo o Julieta, mujeres “inocentes”, como la genuina Sor María de Mihura en Melocotón en almíbar, o fuertes, como la autoritaria Bernarda Alba. E incluso puedes encontrar otros, con otras inquietudes, que reconocen que los libros son una amena fuente de conocimiento que cubre su deseo de aprender, de descubrir, de sorprenderse, de reflexionar, de decidir…

De lo que quizá no son conscientes es de que leer los está convirtiendo en personas distintas, auténticas, pues su vocabulario se va ampliando, su imaginación y creatividad van desarrollándose, igual que su curiosidad, su empatía crece y son más sociables, su expresión y razonamiento son más fluidos, tienen menos dudas ortográficas…; en definitiva, leer les permitirá encontrar su esencia, ser quienes realmente son.

Esta leyenda madrileña cuenta que te cruzarás con estos lectores anónimos en distintos barrios de Madrid, como el barrio de Valdezarza, el barrio Salamanca y Avenida de América, pero debes saber que existen también las versiones soriana, valenciana y zamorana. Te preguntarás qué tienen estos lugares para provocar el nacimiento de estos lectores anónimos. Se dice que en los colegios que la Fundación Trilema tiene en estas tierras se dan las circunstancias perfectas para que sus alumnos experimenten esta transformación, pues uno de los pilares de su metodología es su Plan Lector, prioridad para el desarrollo integral del alumnado, de manera que no solo se cuidan la selección y los momentos de lectura, sino que se han creado incluso salas especiales en las que estos lectores anónimos encuentran su espacio para disfrutar leyendo.

Como toda leyenda, esta historia se nutre de la realidad y la fantasía, puedes creer lo que te he contado o no, pero lo que sí puedo asegurarte es que todos nuestros alumnos en el Colegio Nuestra Señora del Pilar de la Fundación Trilema, especialmente en la hora de Plan Lector, leen y se sienten libres, sin acordarse de los videojuegos o del móvil, a no ser que se mencionen en su libro. Así que, ya sabes, si algún día pasas por alguno de estos lugares y oyes un susurro que despierta tus ganas de coger un libro, no te asustes, puede que te hayas cruzado con uno de ellos. Quizá ahora que has leído la leyenda, tengas ganas de disfrutar leyendo como ellos; en cualquier caso, hay algo que puedes hacer ya: dales un libro a tus chicos, alumnos, hijos… y les estarás haciendo un gran regalo.

Vanesa Rodríguez Herrero
Profesora de Lengua Castellana y Literatura y Jefa de Estudios del Colegio Nuestra Señora del Pilar, Fundación Trilema

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